Giancarlo Parretti y su nueva lujosa vida.
La vida de Giancarlo Parretti comenzó a ser cada vez como la de un emperador romano cuando se asentó en los Estados Unidos lleno de dinero con efectivo fresco del Crédit Lyonnais, junto a su esposa Maria Cecconi y a sus hijos Evelyn, Mauro y Valentina. A fines de 1988 trasladó su base de operaciones a la ciudad de Los Angeles, donde se hizo cargo de la oficina perteneciente a Dino De Laurentiis en Wilshire Boulevard, que era lujosa incluso para los estándares de Beverly Hills; luego compró una mansión en una sección particularmente grande de la ciudad de Beverly Hills, al norte de Sunset Boulevard valuada en 9 millones de dólares. La propiedad de dos acres, al pie de Coldwater Canyon, tenía un amplio jardín y estaba protegida de la calle por árboles y arbustos; la mansión de dos pisos incluía siete habitaciones, una piscina olímpica con una casa de huéspedes de dos habitaciones y hasta una cancha de tenis. La competencia con De Laurentiis continuó, ya que también pagó un auto Rolls-Royce marrón por 200.000 dólares idéntico al que conducía el productor italiano; finalmente se compró un jet birreactor marca Gulfstream IV de uso civil. Todo naturalmente comprado con los préstamos del Banco Crédit Lyonnais de los Países Bajos.
Para mostrar su aprecio por el préstamo, Giancarlo Parretti comenzó a entregarle a Georges Vigon y otros burócratas ejecutivos del CLBN obras de arte: dibujos en color supuestamente de Picasso y Miro, aparentemente por un valor de cientos de miles de dólares. También hizo un vuelo con Georges Vigon y su familia a bordo de su avión privado a la isla Bora Bora, en la Polinesia Francesa, para unas vacaciones. El Banco Central del Reino de los Países Bajos, que regula a los Bancos neerlandeses de la misma manera que la Reserva Federal a los Bancos estadounidenses, no sabía nada de los conflictos de intereses en CLBN, nada del intento de soborno de Frans Afman por parte de Parretti en el Festival de Cine de Cannes, nada de la reputación de los socios Parretti y Fiorini, y por supuesto nada de los "regalos" de Parretti a Georges Vigon. Sin embargo, a principios de 1988, el Banco Central notó el fuerte aumento de los préstamos de CLBN a Hollywood, a Parretti y Fiorini, y expresó su preocupación por la concentración de préstamos con unos pocos prestatarios en una sola industria y por un aparente desequilibrio de la deuda sobre equidad entre los prestatarios. El Director de la filial neerlandesa del Crédit Lyonnais, Georges Vigon, tuvo que entrar en acción; no exigiendo que los clientes morosos paguen los préstamos atrasados, sino canalizando nuevos fondos a su manera, a menudo a través de corporaciones fantasmas creadas para nublar el rastro del dinero. Era algo en lo que era un experto veterano: anteriormente había ayudado a la compañía Cannon a ocultar préstamos incobrables de esa manera.
Dentro del Banco Central neerlandés se enteraron de que el banquero Frans Afman estaba en la nómina de The Cannon Group, por lo que rápidamente se emitió un memo interno manifestando que "esta doble función, en nuestra opinión, es indeseable" y pidió su terminación. Afman, quien había creado el negocio de préstamos de entretenimiento, se vio obligado a renunciar y se convirtió en consultor del Banco tratando solo con algunos de sus antiguos clientes, aunque en sus fueros internos siempre tuvo la convicción de que lo sucedido fue resultado de su choque descortés con Parretti. Con sus préstamos problemáticos ocultos y el CLBN aparentemente prosperando de manera eficiente, Vigon fue ascendido a París para encabezar todos los préstamos europeos (incluidos CLBN y, por extensión, los préstamos de Hollywood), desde el edificio central de Crédit Lyonnais en el Boulevard des Italiens. El hombre que había sancionado los conflictos de intereses de Afman y que ahora tomaba obras de arte y vacaciones en el Pacífico Sur con Giancarlo Parretti, de repente tenía responsabilidades mucho más amplias en una de las instituciones financieras más grandes del mundo. Mientras tanto, dentro del Crédit Lyonnais la oferta de ejecutivos dispuestos a ser corrompidos demostró ser amplia. El Banco nombró a Jean-Jacques Brutschi, otra estrella en ascenso, para reemplazar a Vigon en el CLBN, y a Jacques Griffault, que había dirigido la sucursal de Crédit Lyonnais en Milán y donde había conocido a Florio Fiorini, se encargó de reemplazar a Frans Afman. Tanto Brutschi como Griffault rápidamente se hicieron íntimos del financiero Parretti, que seguía manteniendo los costosos regalos a cuanto banquero burócrata se le cruzara en su camino. Jean Naville, quien había estado a cargo de los préstamos del Banco para Europa, Oriente Medio y África, fue la persona que Georges Vigon le recomendó a Parretti para que se convierta en su "consultor financiero principal" y su enlace directo con el Crédit Lyonnais. Naville fue el jefe de Vigon en París y dejó el Banco para ser un contratado del italiano, pero éste lo trataba como un siervo negociando con sus subordinados recientes Vigon, Brutschi y Griffault. Además de los préstamos, el CLBN le brindó a Parretti una amable carta de recomendación a diez meses después de enterarse de sus antecedentes penales, presentándolo como un hombre de negocios capaz y astuto, con el que disfrutaban y valoraban mucho una excelente relación comercial con su cliente.
-Yoram Globus, Menahem Golan, el actor Tony Curtis y Frans Afman.
-Frans J. Afman, el realizador Dino De Laurentiis y su esposa Martha De Laurentiis.
-El productor franco tunecino Tarak Ben Ammar, Frans J. Afman, el actor Walter Matthau y el director Roman Polanski durante un alto en el rodaje de Pirates (1986), película que The Cannon Group solo se encargó de distribuir en los cines.
-Menahem Golan, el actor Mickey Rourke y Frans Afman promocionando el film Barfly (1987), coproducción de Golan-Globus/Cannon junto a la compañía American Zoetrope de Francis Ford Coppola.
Poster del film Bernadette (1988) coescrito y dirigido por Jean Delannoy.
Para promocionar mejor el film Bernadette, a Giancarlo Parretti no se le ocurrió mejor idea que hacer una proyección especial de la película en el Vaticano, con la gran oportunidad de que el propio Papa Juan Pablo II la vea; una vez que se hicieron los arreglos necesarios viajaron a la ciudad de Roma Menahem Golan, Yoram Globus y por supuesto el propio Parretti. La curiosa escena transcurrió en la sala de proyecciones privada del Pontífice en la Santa sede; El Papa se sentó en la primera fila mientras que Golan, Globus y el financiero italiano se acomodaron en la segunda fila. Cuando terminó la película los tres vieron que el Papa Juan Pablo II, con lágrimas corriendo por su rostro, no se movió durante varios minutos. Bernadette fue primero exhibida en Francia a partir del 17 de febrero de 1988 y llegaría recién a los cines de Estados Unidos el 24 de marzo de 1989, siendo la primera experiencia cinematográfica que Giancarlo Parretti realizó para la compañía The Cannon Group en territorio norteamericano.
Durante diciembre de 1988, se organizó una fiesta de Navidad para 200 personas en su mansión de Beverly Hills, se invitó a varias personalidades de Hollywood que asistieron para conocer a ese italiano que empezaba a tener un prestigio instantáneo. Según Menahem Golan, al evento estaban Georges Vigon y Jacques Griffault, que llegaron en avión con sus familias traídas desde Europa hasta California por el propio Parretti como invitados centrales. En un momento de la fiesta, los socios italianos Parretti y Fiorini llevaron a Vigon, Griffault, Golan y algunos otros a la biblioteca a puertas cerradas. Allí le presentaron a Georges Vigon y al resto de los banqueros varios sobres que contenían certificados por 200.000 acciones cada uno, pertenecientes a una pequeña compañía de cine que cotizaba en bolsa llamada 21st Century Distribution Corp.: una vieja distribuidora creada en 1971 que estaba abandonada; también les otorgó certificados por 200.000 de las acciones warrants Clase A y 200.000 de los warrants Clase B de 21st Century, convertibles bajo ciertas condiciones en acciones ordinarias para un total potencial de 600.000 acciones ordinarias.
-"Twenty-First Century se convertirá en una gran empresa en el negocio del cine" dijo Parretti a todos los presentes. Sus acciones "pronto podrían venderse a 30 o 40 dólares cada una". Con base en esos números, la inferencia ineludible fue que cada regalo tenía un valor potencial de entre 18 millones y 24 millones de dólares para una compañía que acababa de salir de la bancarrota. Incluso si se descartara esa posibilidad, las acciones de 21st Century se cotizaban en el mostrador a 50 centavos de dólar, si se pedía 1 dólar le daba a las acciones, excluyendo los warrants, un valor indicado entre 100.000 y 200.000 dólares.
Después de la fiesta a la mañana siguiente, Parretti voló en su jet privado junto con Georges Vigon y su familia nuevamente a la isla Bora Bora para una semana de vacaciones con todos los gastos pagados. El burócrata Vigon nuevamente quedó encantado del estilo de vida del empresario italiano, los obsequios iban a convertir a Vigon y Griffault entre los accionistas individuales más importantes de 21st Century Distribution, y por si esto no era suficiente Parretti envió el mismo "regalo" al presidente de CLBN, Jean-Jacques Brutschi, quien no había podido viajar a California para la fiesta.
Dos meses después, el Banco le prestó más de 27 millones de dólares para que efectivizara la compra. El día lunes 27 de febrero de 1989 Menahem Golan renunció a sus posiciones de Director y Vicepresidente Ejecutivo de Cannon, y Presidente y Jefe de asuntos creativos en su filial de entretenimiento para comenzar a manejar los destinos de la compañía, a la que se la renombró como 21st Century Film Corporation. Parretti, Golan y Globus compraron el 80% de 21st Century que todavía cotizaba en bolsa cuando estaba en proceso de quiebra por solo 250.000 dólares; venta a precio de costo que se efectivizó en ese mismo mes de febrero. El CLBN hizo planes para garantizar 50 millones de dólares en crédito para la pequeña empresa, por lo que significó que 21st Century también se convirtió en un cliente del Crédit Lyonnais. El cineasta israelí Menahem Golan puso en un cargo ejecutivo al productor de cine Ami Artzi para manejar los destinos de la empresa, creando un nuevo imagotipo y se pusieron en marcha para buscar inversores. Principalmente, como parte del paquete de separación de Golan de Cannon, se llevó los derechos cinematográficos de Spider-Man y el Capitán América, además de empezar a producir nuevos títulos en la productora.
Continuará...
Buenas!! Aquí regreso con la segunda parte de este megainforme sobre la vida de Paretti y Fiorini entrando con todo al mundo del séptimo arte. De a poco los negocios se complican, el dinero se impone y los que manejan el poder bancario que los apoyan se van involucrando más y más... hay que ver cómo sigue esto.
Hasta el mes que viene.
Federico