viernes, 19 de septiembre de 2025

La historia (jamás contada) de Giancarlo Parretti: los préstamos fraudulentos con el Banco Crédit Lyonnais en Hollywood y la caída del cine clase B Tercera parte

El Crédit Lyonnais aprovecha y se queda con Empire Pictures

La compañía Empire International Pictures fue una distribuidora, luego ampliada en sus funciones como productora, creada por el realizador Charles Band en 1983. Tras un período de éxitos en cine y video desde 1985 (gracias al lanzamiento del film Ghoulies ese mismo año) se asoció con Vestron Video de Austin Owen Furst Jr., la editora más grande de títulos en VHS que existió en los Estados Unidos. El acuerdo se concretó en la hermosa propiedad que Furst tenía situada en Connecticut (el lugar donde Vestron tenía su cuartel central). Band necesitaba con urgencia un distribuidor y también necesitaba dinero para hacer las películas que la videoeditora distribuiría. El realizador tuvo suerte: a Austin Furst le cayeron bien tanto Charles como su segunda esposa Debra Dion; además quería sus películas para engrosar su catálogo, luego de las excelentes performances de los films de la Empire en video a través de Lightning Video (sello hermano de Vestron).

-Imagotipo de la editora Vestron Video.

Eventualmente, tras varios días de duras negociaciones, Furst y Band por fin llegaron a un acuerdo; Debra y Charles dejaron el cercano hotel donde se hospedaban y raudamente se subieron a un avión rumbo a Los Ángeles, con el trato cerrado y un cheque en la mano por 3,6 millones de dólares. Cuando aterrizaron en L.A., la influyente publicación Variety ya estaba publicando un titular que cubría la primera página sobre el acuerdo de 50 millones de dólares en total conseguido entre Charles Band y Vestron Video.

Una de las pocas fotografías que se conocen del empresario Austin Furst.

Al igual que le ocurrió a la Cannon, la compañía tuvo un enorme flujo de dinero en los siguientes años y puso en producción más películas de las que podía sostener con su presupuesto, adquiriendo también en el proceso el Castello di Giove (un castillo del siglo XII ubicado en la localidad de Giove en el centro de Italia) en una subasta por 550.000 dólares y el De Laurentiis Film Center (mayormente conocido dentro de la industria del cine por su apodo Dinocittá); Éstos eran los viejos estudios de la compañía italiana Dino de Laurentiis Cinematografica que el productor cinematográfico Agostino "Dino" De Laurentiis había dejado abandonados en Italia por una deuda impositiva; Pese a todo todavía estaban bajo su poder y Band se los compró por 20 millones de dólares, en un negocio cerrado dentro de la propia mansión del realizador italiano ubicada en Doheny Drive (una vía que conecta Beverly Hills y el West Hollywood), al que Charles Band y su esposa Debra concurrieron para cenar.
La aprobación de Dino era obligatoria si o si, ya que como Band contó en sus memorias, el prolífico productor a comienzos de los ochenta todavía tenía influencia en sus viejos estudios construidos en la década del 60… a través del Crédit Lyonnais.
Todo esto fue posible cuando tiempo atrás, en 1984, durante una estadía en el MIFED: un famoso mercado europeo e internacional del cine y la televisión, Charles Band se encontraba prevendiendo títulos sin producir de su nueva e incipiente compañía Empire International Pictures a empresarios inversores. En una de esas rondas, Band se sorprendió al escuchar la voz del productor Eduard Sarlui que lo estaba llamando en italiano, idioma que ambos dominaban muy bien. El reencuentro tuvo aires de nostalgia, debido a que “Charlie Band” y el “Signore Sarlui” fueron una vez vecinos hacía 20 años atrás, cuando ambas familias estaban asentadas en Italia y vivían en uno de los grandes edificios del barrio Vigna Clara (cuya prosperidad y confort lo volvía parecido a Beverly Hills); Eduard Sarlui y el realizador Albert Band (el padre de Charles) eran muy amigos y allí el primero vivía con su hija Helen, que era mucho más joven que el realizador y su hermano menor Richard Band.
El encuentro daba cuenta que ambos ahora se habían convertido en productores de cine independiente: Eduard con su Continental Motion Pictures ayudado por su hija Helen Sarlui-Tucker, que se encontraba presente en el lugar, y Charles con su Empire Pictures; Para 1986 Continental se volvería el tercer estudio más importante en los catálogos del mercado cinematográfico, detrás de The Cannon Group (de Golan y Globus) y la propia Empire (en primer y segundo lugar respectivamente). Eduard Sarlui tenía grandes contactos, cosa que el joven Band carecía; luego de escuchar sorprendido que si se quedaba sin dinero la Empire iba a parar la producción de películas, por su vieja amistad le compartió su secreto: presentarle al “rey de todos los prestamistas”, ése era el banquero Frans Afman del Banco Crédit Lyonnais de los Países Bajos.
El mayor logro de Frans Afman es que inventó la financiación del cine independiente en los años setenta dentro de los Festivales de Cine; él junto a Dino De Laurentiis literalmente crearon la preventa a los distribuidores para financiar los futuros proyectos. Contar con el banquero de Dino era tocar el cielo con las manos para Band; tener a disposición una línea de crédito permitía que los potenciales compradores confiaran que en tenía una compañía seria y segura, con una fianza de cumplimiento por si llegado el caso no se efectuaba la entrega de la película. Pero además, si todo iba sobre ruedas se podía aumentar el monto de la línea de crédito cada vez más. Eduard le concertó una cita con Afman y se reunieron en la ciudad neerlandesa de Rotterdam, situada al oeste del país europeo.
En esa cena banquero y realizador buscaron conquistarse mutuamente y congeniaron de inmediato, charlando sobre cine, Roma y Los Ángeles; Para Band resultaba un hombre inteligente, bien vestido, siempre sonriente y con una elegante calva, no así para su esposa Debra que lo describió posteriormente como un “alemán gordo, malo y horrible”.
Charles Band se fue de esa reunión consiguiendo lo que quería: una línea de crédito del Crédit Lyonnais por un millón de dólares, que para 1985 ya había aumentado a cinco millones. En ese mismo año, Frans Afman lo llamó una tarde y le dedicó unas elogiosas palabras por su desempeño como realizador y empresario fílmico, pero aprovechó también la ocasión para concretarle la mencionada reunión-cena con Dino De Laurentiis en Los Ángeles; El banquero Frans conocía a la perfección el gran interés de Band por los estudios Dinocittà y le reveló que, aunque no era de dominio público, De Laurentiis todavía seguía siendo el propietario de manera no oficial, controlando el lugar a través del CLBN. Dos semanas después de la cena con Dino y su mujer, la productora Martha Schumacher (luego Martha De Laurentiis), el matrimonio Band se encontraba conduciendo hacia el sur, en las afueras de Roma, con las llaves del abandonado estudio en sus manos.
Vestron, Inc. concretó un ambicioso plan de expansión dentro de la industria del entretenimiento, tanto a nivel local como internacional, a fines de 1986 con la producción de sus propias películas; Muchas de ellas fueron fracasos de taquilla y eso produjo que la compañía entrara en una seria crisis financiera donde tuvo que reestructurar varias de sus operaciones en todo el mundo. La situación no hizo más que agravarse cuando en primer lugar se terminara de manera tajante el acuerdo de negocios con Empire International Pictures a comienzos de 1988. Durante ese mismo año, Charles Band se encontró con la difícil realidad de que ya no podía sostener su productora y esto produjo que los burócratas del Banco Crédit Lyonnais de los Países Bajos tomaran cartas en el asunto.
Irwin Yablans se encontraba en ese momento transitando sus últimas semanas de viajes entre Italia y los Estados Unidos para terminar de producir las filmaciones de Prison (1988) y Arena (1989), las últimas coproducciones que hizo con Band en la Empire Pictures. Yablans ya lo conocía de la época de Meda Home Entertainment (la primera videoeditora que tuvo Charles Band en 1978) y siempre estuvieron colaborando en la realización de algunas películas en conjunto, como por ejemplo Laserblast (1978) y Parasite (1982), por lo que se sumó a la nómina de la flamante compañía de su amigo en 1986; Curiosamente su hermano Frank Yablans (el hombre fuerte en Paramount Pictures a comienzos de los setenta) también se asentó en la compañía un mes después. La realidad era que los hermanos se odiaban mutuamente y existía una rivalidad furiosa entre ellos, donde muchas veces se llegaron a pelear con fuertes insultos y gritos en las oficinas adyacentes que tenían ambos dentro de los estudios en Italia, simplemente por competir quién demostraba tener una mejor producción.

Publicidad de 1986 anunciando que los Dino De Laurentiis Studios en Roma ahora son los Empire Studios.

En 1988 Eduard Sarlui, hombre a cargo de Continental Motion Pictures y Trans World Entertainment (esta última empresa administrada junto con sus socio Moshe Diamant), aprovechó ese momento en que se encontraba en el país europeo e invitó a comer a Irwin Yablans y a su esposa Diane a un elegante restaurant en la ciudad de Roma; En ese lugar ambos establecieron al comienzo una conversación muy informal, ya que se conocían desde hacía años cuando Yablans manejaba su propia compañía Compass International Pictures, y Sarlui fue su primer cliente extranjero en comprarle los derechos internacionales del exitoso film Halloween (1978) y otras películas que producía. Pero en esa cena trascurrida en horas de la tarde no estaban solos: Sarlui había invitado a algunos funcionarios bancarios de Crédit Lyonnais para que estén comiendo y bebiendo con ellos, hasta que en un momento la charla pasó a ser sobre el tema de Empire International Pictures y Charles Band.
Eduard Sarlui le comentó que el CLBN estaba "desencantado" con Band y que estaban buscando hacer algunos cambios; de repente Irwin Yablans tuvo la sensación de que le estaban tomando una suerte de audición para que se haga cargo de la Empire. Yablans se tuvo que retirar imprevistamente de la mesa, ya que su madre se encontraba enferma en Las Vegas y había comenzado un tratamiento que de seguro iba a llevar varios meses; Cuando se completó el film Arena regresó con su mujer a Los Angeles y de ahí voló a visitar a su madre, pero ella murió repentinamente en el hospital pocos días después. Mientras supervisaba la postproducción de Arena, quedó claro para él que Eduard Sarlui se haría cargo de Empire International Pictures. El Crédit Lyonnais Nederland NV había invertido millones en la empresa y los burócratas se habían quedado sin paciencia tras varios fracasos en cine y video, por lo que consideraban que Charles Band hacía un despilfarro de gastos y una gestión imprudente como gerente principal para con la compañía, con indicios de un uso inadecuado de los fondos para uso personal. Hay que decir que el propio Irwin Yablans consideraba que Band nunca fue el gerente más eficiente, y era de conocimiento común que gastaba dinero descuidadamente, pero aun así sus objetivos eran generalmente desinteresados. Yablans creía que Charles Band buscaba como objetivo solamente que Empire fuera una compañía de cine independiente viable y sus pecados tenían más que ver con su propio ego y las malas decisiones de gestión que con la ganancia personal.

Publicidad gráfica realizada por Empire International Pictures en 1986 aprox. para vender sus proyectos futuros y películas en desarrollo dentro de la industria cinematográfica en los mercados de cine como el MIFED (Italia) y Cannes (Francia).

Eduard Sarlui, ahora visitando Los Angeles, volvió a la carga y nuevamente llamó a Irwin Yablans un día para concertar otra reunión con los mismos banqueros del Crédit Lyonnais con quienes había almorzado en Italia, esta vez el encuentro de esa tarde giró en una conversación referida al destino de Empire Pictures, donde le comunicaron que los días de Charles Band como jefe de la compañía habían terminado, ya que el Banco estaba interviniendo con un embargo formal y reestructuraría la empresa en una nueva entidad encabezada por Sarlui y su colega Moshe Diamant, que en ese momento también eran clientes del Banco y juntos eran el dúo propiedad de Trans World Entertainment: en ese momento ya consolidado como un importante distribuidor de vídeo y cine del mercado doméstico norteamericano. La petición fue más directa para Yablans: que él formara parte de esta entidad resultante y que junto a ellos se encargara de dirigir la compañía, pero éste se excusó de la oferta principalmente, ya que desconfiaba del productor de cine Diamant, al que consideraba una persona ambiciosa, astuta y confidente de Eduard que estaba enamorado de las luces de Hollywood y sus celebridades, viéndolo como alguien que no era perfecto para el trabajo.
El productor Sarlui tuvo problemas para proponer a Moshe Diamant ante los sofisticados banqueros europeos, y ahí es donde iba a entrar Yablans como nuevo administrador, ya que necesitaban un experto de la industria con un nombre exitoso y reconocible para que se complemente con ellos dos. Para tentar su elección, Eduard Sarlui y los burócratas del Crédit Lyonnais Nederland NV le ofrecieron un acuerdo de producción muy lucrativo con la nueva compañía, ya que recibiría todas las sumas considerables que Empire Pictures le debía y que Charles Band no podía pagar, además de una garantía de dinero para producir dos nuevas películas cuyos proyectos se decidirían más tarde si aceptaba. Para colmo, durante los primeros meses de 1988 las condiciones del mercado estaban cambiando, el dólar caía frente a la lira italiana y hacer películas en Italia de repente se encareció terriblemente, aumentando los costos de producción. Para ese entonces, hacía un tiempo que el Crédit Lyonnais le acercaba una serie de títulos ya terminados para que se distribuyan bajo la marca Empire, algo que a Charles Band nunca le gustó, ya que consideraba que esta acción diluía la marca y confundía a los compradores; Si bien no tenía ningún apego por estos films, debía agachar la cabeza y aceptarlos sólo para mantener la compañía a flote.


Dentro de todo lo complejo, Band tenía dos logros positivos para sentirse orgulloso: el primero es que, en un periodo de cuatro años, Empire International Pictures ya había conseguido hacer y distribuir unas cuarenta películas, y el segundo, es que el 8 de agosto de 1988 finalmente formalizó su matrimonio con Debra Dion en una gran ceremonia con familiares y amigos en su propio castillo, el denominado “Castello di Giove” situado en la comunidad de Giove, dentro de la región de Umbria.
Luego del fracaso de la negociación con Irwin Yablans se decidió no dilatar más el asunto durante el primer trimestre de 1988 y lo primero que hizo la división de los Países Bajos del Crédit Lyonnais fue accionar su poder, entrar imprevistamente a la productora y quitar del medio a Charles Band de su posición como Presidente y Director Ejecutivo. Esto se pudo lograr en una reunión que gestionó Eduard Sarlui a través de una llamada telefónica con Charles Band que se encontraba en Los Ángeles; La reunión se hizo dentro de la oficina del propio Sarlui, el clima era tenso y rápidamente Band entendió que no estaba hablando con el hombre que alguna vez fue su antiguo vecino en la península al que conocía desde que tenía diez años, sino con Eduard: el representante del Banco neerlandés al que le había presentado años antes en el MIFED. Aquella tarde un serio Sarlui le comunicó que los ejecutivos no estaban contentos con su desempeño y que habían perdido la confianza en él, Charles trató de explicarle con las películas que tenía en desarrollo pero fue en vano ya que no quería tener ese tipo de conversación. Sarlui le comentó también que, según los registros del CLBN se acumuló una importante deuda de veintiséis millones de dólares. Band se sorprendió cuando Eduard le dijo que estaba dispuesto a proponer un trato en nombre del Banco: le perdonarían toda la deuda si renunciaba a Empire International Pictures, a sus oficinas de Los Ángeles, el estudio en Roma, todas las películas y propiedades intelectuales que había creado con ellos.
Eduard Sarlui lo dejó ir para que lo piense, pero Charles Band sabía que no había nada que hacer; lo habló con sus abogados, su mujer Debra y por más vueltas que le daba al asunto sus días dentro de Empire súbitamente se terminaron, no le quedó otra opción más que aceptar el trato. Aun así, el realizador negoció algunas concesiones con el Crédit Lyonnais Nederland NV y consiguió mantener en su nómina algunas películas que tenía actualmente en desarrollo, y también quedarse con el film Trancers bajo su propiedad, ya que pensaba que tenía algún valor para futuras secuelas; Lo cierto es que para el Banco era sólo una más de las cuarenta películas que estaban a punto de poseer y aceptaron las peticiones. Unos días más tarde, en la mansión de Eduard Sarlui en Beverly Hills, se firmaron los papeles del traspaso; Sarlui se encontraba exultante y en el fondo sentía que estaba ayudando a sacar de apuros a un viejo amigo de la familia.
El CLBN entonces disolvió la empresa y la reestructuró en una nueva compañía productora denominada Epic Productions bajo la administración de los mencionados Moshe Diamant y Eduard Sarlui, siendo este último el fundador y presidente; el Crédit Lyonnais le había “vendido” a esta nueva compañía todas las películas, su estudio en las afueras de Roma y además absorbiendo el resto de los activos heredados de Empire International Pictures.
Otra de las razones por las que Irwin Yablans también declinó la oferta que le propusieron en esa oportunidad, fue por la lealtad y el gran respeto que sentía hacia Charles Band; pero en esos tiempos Band sintió que lo había traicionado y que por su culpa Sarlui y Diamant dieron un golpe junto al Banco europeo, algo que no era verdad. Simplemente Yablans reflexionó que su colega realizador había desaprovechado una espléndida oportunidad y no tenía a nadie más a quien culpar por lo sucedido creyendo lo contrario. Años más tarde, tanto Irwin Yablans como Charles Band finalmente se reunieron y el primero pudo explicarle que no tuvo nada que ver con aquel golpe hacia la Empire, por lo que finalmente pudieron solucionar sus diferencias.

El productor y distribuidor Irwin Yablans.

La adquisición de Empire por parte de Epic Productions se completó en mayo de 1988. Sarlui y Diamant se instalaron como socios principales junto al CLBN para dirigir los destinos de la flamante nueva compañía dentro de la industria del cine independiente y comenzaron a inyectar dinero fresco, para terminar las películas de la reconvertida productora que todavía estaban en producción. Films como "Arena", "Ghost Town", "Robot Jox", "Catacombs" y "Spellcaster" demoraron la post producción en algunos casos entre dos y hasta tres años, debido a la línea de crédito que el Banco Crédit Lyonnais Nederland NV todavía le estaba emitiendo a la ex compañía Empire desde que se vino abajo. Inicialmente era de un monto cercano a los 50 millones de dólares y posteriormente fue aumentada a 200 millones de dólares, esto último solo bajo la condición de que Moshe Diamant consolidara Empire International Pictures en Epic y sumara a su Trans World (que tenía un archivo fílmico de gran tamaño en ese momento) para que todo eso junto se transformara, según las proyecciones de los burócratas del Banco europeo, en la compañía productora independiente más grande de los Estados Unidos.

Continuará...

Buenas noches por estos lados!!! El informe sigue su curso y, esta vez, hacemos una digresión en la trama, pero que tiene que ver con los manejos de la banca Crédit Lyonnais Nederland NV y unos viejos conocidos de este blog: Charles Band y Eduard Sarlui. Finalmente, esta parte de la historia sobre lo que en verdad ocurrió con la Empire Pictures sale a la luz en su versión completa, con todos los detalles. Algo que hasta ahora lo tocaba tangencialmente y sin la cantidad de información necesaria. En los próximos capítulos de este informe, veremos hasta donde llegaron los involucrados con su minucioso plan expansionista dentro de la industria del cine independiente.

Hasta el mes que viene.
Federico

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